La libertad y la belleza sutil del colibrí son un reflejo del alma.

Lo primero que siento al intentar definir lo que es Terapia para el alma es que se trata de una especie de refugio cálido y seguro, un espacio-tiempo dedicado enteramente a ti, para encontrarte, para observarte y aquietar tu mente. Al estar nuestra atención puesta en el afuera casi en su totalidad, poquísima es la predisposición de la mirada direccionada hacia adentro, hacia tu interioridad.

Hace poco me preguntaron, ¿y para qué voy a mirar hacia adentro, si lo que está ahí duele? Bueno, déjame decirte que lo comprendo, que se de lo que hablas y que la reacción humana más frecuente es negar, mirar hacia otro lado o pretender que las cosas nunca sucedieron.  Estas resistencias van profundizando la distancia entre lo que sientes y lo que al mismo tiempo  vas tapando casi de manera automática de la mano de tu atención ahora desplazada hacia mil y un distractores externos que sirven para aliviar momentáneamente aquello que está oprimiendo.

Sin embargo, una parte de ti sabe que es preciso frenar y hacerle un espacio a eso que necesita ser escuchado. Callada y pacientemente, ese algo sutil dentro de ti aguarda a por tu atención consciente. Cuando comienzas a mirar con franqueza las heridas que arrastras en la mochila, cuando las nombras y les pones palabras, cuando revives emociones, vivencias y escenas que han dejado una huella profunda, solo ahí un hilo de alivio podrá sobrevenir. La tensión interna se va desinflando poco a poco, pues ya no la tienes acorralada y escondida pretendiendo que sea invisible o que nunca ha habitado dentro de ti.

Terapia para el Alma es una invitación a que te permitas ampliar la mirada sobre ti, sobre tu historia, sobre la vida misma, desde un estado de compasión, sin juicio, sabiéndote acompañado por otro ser humano que comprende que el dolor es parte de la experiencia de la vida. Ninguno de nosotros está exento de las experiencias de dolor, pues son ellas las que nos permiten crecer y volvernos seres completos. 

¿Sabías que una de las causas más frecuentes de insatisfacción y malestar en la vida de una persona es la desconexión consigo mismo?

Esto ocurre porque hay una disonancia, una contradicción interna entre lo que sientes y lo que deseas para tu vida, entre lo que amas hacer y lo que en realidad estás experimentando a diario. ¿Eres realmente consecuente contigo mismo? Detrás de esta pregunta está la historia personal de cada uno, por ello comprendo que su respuesta implique una especie de suspenso en el que flota la duda y en el que puede comenzar a anidar un espacio fértil de preguntas que en principio no tienen respuestas concretas, pues estas pertenecen al ámbito sutil del alma.

Comenzar a deslizar el velo hacia lo más delicado en nosotros, nuestra dimensión sutil, sabia e imperecedera, implica simbólicamente introducirnos en ella en puntillas de pie, respetuosos de nuestra efímera condición humana que es la que permite su expresión física. Acaso la clave sea aprender a amar y honrar quien eres, tu experiencia de vida, lo que has heredado y lo que has aprendido en el camino… todo ello te conforma, pero no te define. Tu gran desafío es permitirte tomar contacto con la chispa divina que te habita e ir habilitando su despliegue. 

¿Te interesa saber más sobre Terapia para el Alma?

Gracias por leer este post y compartirlo si así lo sientes.


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